En Aula Creactiva se habla, con razón, del valor de la creatividad como motor profesional y vital. Pero entre briefs, campañas, moodboards y clases de dirección de arte, hay un punto que muchas veces se pasa por alto: la cara que ponemos al mundo también es una herramienta creativa.
Y no hablamos de una metáfora. Hablamos, literalmente, de tu foto de perfil.
Parece banal. Pero no lo es.
Porque en un mercado donde la primera impresión ocurre en la pantalla, donde los procesos de selección comienzan con una búsqueda en redes, donde un headhunter puede tardar tres segundos en descartarte o en abrir tu portafolio, lo que muestras visualmente sobre ti dice más que tu CV.
Lo que haces importa. Pero cómo lo muestras, también
Una alumna brillante, con ideas atrevidas, que no cuida su identidad visual.
Un diseñador con un portafolio sólido, pero con una imagen borrosa y genérica en su perfil de LinkedIn.
Un redactor creativo que presenta una propuesta impecable, pero con una foto sin intención ni estilo.
Ese tipo de disonancias generan ruido. Porque en el mundo de la creatividad, donde todo es signo, todo comunica. Si tu discurso y tu imagen no dialogan, estás rompiendo el storytelling de tu propia marca personal.
Y aquí es donde conviene recordar algo que a menudo olvidamos: tú también eres un proyecto creativo.
La imagen profesional como parte del diseño de carrera
Construir una carrera en publicidad, diseño o marketing no es solo saber hacer campañas, ilustraciones o copies. Es saber posicionarte como alguien capaz de tener una mirada, una estética, un criterio.
Y si tú no aplicas ese criterio en tu propia presencia digital, ¿cómo esperas que una agencia te imagine diseñando la identidad de un cliente?
Por eso, herramientas como este generador de fotos de perfil personalizables no son meras curiosidades técnicas. Son espacios para ejercer tu creatividad, tu estilo y tu pensamiento visual en uno de los puntos más visibles (y más descuidados) de tu marca profesional.
No se trata de parecer alguien que no eres. Se trata de contar visualmente quién eres con coherencia, intención y cuidado.
¿Es la estética más importante que el talento? No. ¿Pero puede ocultarlo? Absolutamente sí.
No importa si eres brillante con Illustrator o si tienes un pensamiento conceptual afilado. Si la primera imagen que ve alguien de ti no refleja eso, estás desperdiciando una oportunidad de ser tomado en serio como profesional creativo.
Y si vas a entrar en un sector donde la forma es parte del mensaje, donde el diseño no es decoración sino pensamiento, entonces es lógico que tu presencia visual esté a la altura de lo que dices que sabes hacer.
Porque la creatividad no empieza en el brief.
Empieza en cómo decides mostrarte al mundo.
Y si no puedes cuidar ni tu foto de perfil,
¿quién va a confiarte la imagen de una marca?